jueves, 3 de junio de 2010

"El muerto al hoyo y el vivo al bollo"




Todo ser humano cabal, con una identidad definida, debe tener dos patrias para llegar ser una persona de fiar: su tierra de origen y su equipo de fútbol. Pertenecer a un equipo nos da un centro, un lugar estable desde donde observar el devenir de la vida sin conflictos morales: nuestro equipo es el bueno y el resto son malos malísimos, más cuando hay cruentas competencias, como en el caso del Boca Juniors y del River Plate. Nostálgica por los colores de mi Universidad (azul y oro), yo me decanté por el Boca y como buena forofa-feligresa, acudí a su santuario en Buenos Aires, "la Bombonera", grité mis tres porras, me hice mi foto y puse mi velita a San Maradona para que este año el mundial se lo lleve Argentina y si puede ser con un gol "de la mano de Dios".

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