jueves, 24 de diciembre de 2009
El Belén (detalles)
El Aquelare de "pájaras" (Vista terrestre)
El Aquelarre de "pájaras" con su hoguera a punto de ser prendida. (Vista aérea)
María Magdalena en el pajar
El campesino
El Nacimiento
Santa Claus
martes, 22 de diciembre de 2009
lunes, 21 de diciembre de 2009
domingo, 20 de diciembre de 2009
Ni duende ni demonio...
sábado, 19 de diciembre de 2009
"De armas tomar..."
"Pior andar a pie"
jueves, 17 de diciembre de 2009
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Las misiones
Misión jesuíta de Satevó
Misión franciscana en Creel
Siempre ha existido un tipo de ser humano llamado "aventurero" que ha aparecido a lo largo de la historia con diferentes atuendos. Uno de sus disfraces fue el de evangelizador. En el norte de México hay numerosas misiones de diferentes grupos de aventureros que se agrupaban por atuendos y por ideología religiosa: los jesuítas, los franciscanos, etc. A la sierra Tarahumara llegaron dizque para evangelizar a los tarahumaras, pueblo nativo que habitaba- y habita- en cuevas repartidas a lo largo de toda la sierra. A los evangelizadores les sorprendió los vestidos de colores vivos de las mujeres y la desnudez de los hombres que vestían con taparrabo y el torso desnudo, pero no quiero yo imaginarme la cara de asombro pondrían los tarahumaras al ver a ese grupo de extraños, disfrazados de pies a cabeza con un atuendo tan sobrio y tan poco práctico. Quizá hoy en día piensen lo mismo de los turistas, pseudoaventureros de nuestro siglo XXI, conocidos, entre otras tantas características, por su desaliño y por su falta casi absoluta de sensibilidad... ¡Ah!, y por su necesidad imperiosa de hacerse fotos con este lema implícito: "¡aquí estuve YO!"
martes, 15 de diciembre de 2009
"Quien advierte no es traidor..."
lunes, 14 de diciembre de 2009
La Hacienda Sheperd
Batopilas
El pueblo que actualmente se conoce como Batopilas fue fundado en el s.XVII por Pedro de Acanasaina y José Alonso de Pastrana. Sólo una razón de peso puede llevar a dos hombres por esos andurriales: el metal. Desde entonces y hasta la época de la Revolución Batopilas fue un importantísimo centro minero, incluso fue la segunda ciudad de México en tener luz eléctrica después de la capital, ahora ni tiene línea telefónica, los recados se dan de viva voz, de casa en casa. Batopilas es un pueblo decadente, de casas coloniales deshabitadas o medio ruinosas y calles fantasmales cuando llega la noche. Entre sus habitantes se encuentran las monjas de la Compañía de las Siervas de Cristo que se encargan de la educación y otros personajes que merecerían una narración más extensa. También circulan muchas trocas, algunas pertenecen a los paisanos, otras a los gestores de la economía de la zona que pasó de la industria minera al cultivo de brotes verdes... Una curiosidad: en Batopilas nació Gómez Morín, el fundador del Partido de Acción Nacional (PAN), pero por las noches, cuando se va la luz o se queda a muy baja potencia, debido al robo de dinero destinado a las obras públicas, el ambiente es como de velatorio de Don Porfirio...
domingo, 13 de diciembre de 2009
Camino a Batopilas
Batopilas es un pueblito en el corazón de la Barranca del Cobre. Desde Creel, en un camión como el de la imagen, por un camino de terracería de infinitas curvas e impresionantes paisajes, se tarda unas cuatro horas. La sensación al llegar es de total aislamiento, surge este pensamiento: "¿y ahora cómo salgo de aquí...?"
sábado, 12 de diciembre de 2009
Suicidio a la antigua...
viernes, 11 de diciembre de 2009
Desde el Chepe
A principios de noviembre, Macu y yo emprendimos camino hacia el norte del país. Tras arribar en Chihuahua, subimos al famoso CHEPE, el único tren de pasajeron que queda en México. Este tren recorre desde Chihuahua hasta Los Mochis, atravesando las impresionantes barrancas del Cobre y de Urique. Estos son algunos paisajes desde la ventanilla del tren...
"Los diez mandamientos de la ley de Lapesa"
Hace unos meses, íbamos Macu y yo caminando por el Cerro de la Estrella en Iztapalapa, delegación de México Distrito Federal, cuando de repente sentimos una presencia extraña y escuchamos una voz. La referencia bíblica fue instantánea, todos los que conocemos el Cerro de la Estrella sabemos que el parecido con el Monte Sinaí es innegable. Pero para nuestra sorpresa-y nuestro alivio-la voz no era de Dios, sino del ilustrísimo Rafael Lapesa, filólogo entre los filólogos, que nos había elegido para transmitir a doctos y legos su decálogo...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)