Ni duende ni demonio...
Caminando por el bosque, me encontré con un extraño ser. No era duende, no era demonio, pero tenía algo de estos dos seres. Nunca supe como nombrar a ese híbrido, así que ateniéndome a mi enfermedad congénita llamada "literalidad", seguí mi camino, no sin antes tomarle una foto para la posteridad.
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