miércoles, 7 de julio de 2010

Chao Santo Domingo

Nuestros tacos de cecina los miércoles en el tianguis de Ahuanusco

Don Claudio

Santo Domingo, barrio de concreto, y al fondo Santa Fé, barrio de negocios.

Don Claudio es el abarrotero de la esquina de Canahuitli con Ahuanusco; él, como la mayoría de los que viven en mi barrio, llegó a Santo Domingo allá por los años setenta, cuando aún era un pedregal, formado por la lava volcánica solidificada del volcán Xitle. La casa de don Claudio fue la primera del barrio construida con mampostería, el resto era de madera, de láminas, de lo que se podía... Don Claudio me cuenta cómo la gente que ocupó el pedregal fue igualando el terreno con explosivos, cómo se fueron trazando las calles, algunas quedaron como cerradas, porque los que se habían apoderado de ese lote no quisieron ceder su parte y la calle se dividió en dos o se quedó como un callejón sin salida.
Desde la lejanía, Santo Domingo es un barrio de casas grises, un barrio feo. Cuando te aventuras por sus calles descubres que es un barrio lleno de vida, pleno de comercio de todo tipo, desde el "comercio estacional": los belenes de Navidad, los trajes para el niño Dios para la Candelaria, los corazones para San Valentín, las banderitas mexicanas para el día de la Independencia y las calaveritas, veladoras y flores de Cempasúchil para muertos; hasta el comercio fijo: tacos, tamales y otras delicias culinarias, flores, artículos de segunda mano, juguetes... Pero Santo Domingo suele conocerse por el comercio ilegal, por los malandros y malandrines que chambean en el dédalo de sus calles. No todos los taxistas entran con gusto a Santo Domingo, hay gente que nunca pisará sus calles, por miedo y por desinterés, pero Santo Domingo, el barrio gris del sur de México, el barrio donde te asaltan y puedes conseguir todo tipo de mercancía ilegal, es también el barrio de la lavandera, del abarrotero, del taquero, de gente que, como se dice tradicionalmente, "se gana honradamente la vida".
Don Claudio ha visto nacer y cambiar el barrio, él siempre conserva su sonrisa y su mirada brillante de niño travieso, a la colonia de la Mancha nos acogió y nos bautizó "las manchadas". El barrio hostil me acogió, me asustó, me cuidó, a veces con alegría, a veces con reticencia, pero al final encontré en él un hogar, así que pese a quien pese: "Yo ya soy de Santo Domingo".

6 comentarios:

jhonatan a dijo...

mr gusta mucho bbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb

Engal dijo...

Ese señor es mi papa, me encanto la descripción "su mirada de niño travieso", me contaron que lo vieron en internet, ahora descubro por que. Saludos!

Killing me sofli dijo...

Hacía tiempo que no pasaba por mi blog, qué alegría encontrarme con el hijo de don Claudio. Tu papá es un hombre muy especial, me encantaba ir a comprar a sus abarrotes y quedarme a platicar con él. Si por casualidad lees este comentario, le mandas besos de parte de "la manchada".

LECAFETON dijo...

Hola yo soy otro hijo del Sr. Don Claudio mi nombre es Carlos Cruz y EL PEDREGAL DE SANTO DOMINGO es un lugar con mucha historia y ahora transformada en cultura con un modus vivendi diferente al de los demas ciudadanos hoy en dia los hijos de los fundadores son gente trabajadora, hoy en dia encuentras todos los servicios inimaginables y existe un comercio nocturno que llena de luces e inunda las avenidas principales de gente disfrutando en familia. Por supuesto todavia hay delincuencia pero la poblacion se ha unido poco a poco gracias a estos problemas. Existen lugares ya famosos en la red donde podras disfrutar de gastronomia de alta calidad les recomiendo visitar lecafeton en la calle ahuanusco

Killing me sofli dijo...

Hola. Cuando regrese a México seguro que me paso por Lecafetón. Saludos a don Claudio.

JESUS GASCA dijo...

!!!Hey¡¡¡ que gusto me ha dado ver un poco de historia de mi SANTO DOMINGO ahh que de historias vivimos aqui,como cuando de niños la mayoria se iba a cortar el pelo por un peso o a bañar a los baños en el IMPI quien podra olvidar eso, ó cuando cazabamos luciernagas,los ventarrones que asolaban y volar tus papalotes o pedir quinto a la calavera en fin que bonito es vivir aqui en SANTO DOMINGO